A finales del 2016, el COSEP propuso al ejecutivo una agenda de trabajo denominada Agenda 2020 que contempla 5 ejes estratégicos en base a las principales problemáticas o necesidades del sector empresarial de Nicaragua, identificadas en una encuesta de amplia cobertura realizada en el 2015. Los 5 ejes son: (1) financiamiento; (2) infraestructura y servicios; (3) gestión pública y facilitación; (4) sistema educativo y formación de talento humano; (5) innovación en la gestión empresarial.
Cada eje está constituido por un número determinado de líneas de trabajo de corto, mediano y largo plazo a implementar entre 2017 y 2020. Las responsabilidades son distribuidas entre el sector empresarial y el gobierno, clasificando las líneas de trabajo en 3 tipos: reformas, proyectos y gestiones. La Agenda contempla 51 líneas de acción distribuidas entre los 5 ejes. Veinte de esas líneas tienen impacto directo sobre 8 de las 10 categorías de medición del Doing Business el cual para el 2017 posiciona a Nicaragua en el puesto 127 de 190 economías con una calificación de 55.75 puntos de 100, representando ésto una leve mejoría con respecto al 2016 cuando ocupó el puesto 125 de 189 economías, con una calificación de 55.78.
Los ejes propuestos son también parte del Índice de Competitividad Global (ICG) que el Foro Económico Mundial (WEF por sus siglas en inglés) reporta cada año. En el informe 2016-2017 de esta institución Nicaragua ocupó el puesto 103 en un ranking de 138 economías, con un ICG de 3.81 de un máximo de 7, habiendo alcanzado en el período anterior (2015-2016) el puesto 108 de 140 economías con un índice de 3.75. El propósito de este artículo es caracterizar la situación de Nicaragua en los aspectos claves para el desarrollo de su competitividad valiéndose el ICG, en el momento en que el COSEP hace su propuesta, para fines de seguimiento. Antes, sin embargo, es necesario explicar brevemente algunos aspectos técnicos del ICG.
Conforme la metodología del WEF, el ICG se compone de 114 indicadores agrupados en 12 pilares (aspectos) interdependientes entre sí. Estos pilares son: (1) instituciones; (2) infraestructura; (3) ambiente macroeconómico; (4) salud y educación primaria; (5) educación superior y capacitación; (6) eficiencia del mercado de bienes; (7) eficiencia del mercado laboral; (8) desarrollo de mercados financieros; (9) preparación tecnológica; (10) tamaño del mercado; (11) sofisticación de los negocios; (12) innovación.
Estos pilares se organizan a su vez en 3 subíndices: (1) requerimientos básicos, (2) potenciadores de la eficiencia y (3) factores de sofisticación e innovación. El subíndice de requerimientos básicos agrupa los primeros 4 pilares; el subíndice de potenciadores de la eficiencia agrupa los siguientes 6 y el de sofisticación e innovación, los últimos 2. El valor de los indicadores determina el valor con que cada pilar entrará al cálculo de cada subíndice.
Para cada economía, se calcula el ICG sumando el valor de cada subíndice multiplicado por un valor de ponderación según la etapa de desarrollo en que se encuentra dicha economía ya que la importancia relativa de cada subíndice varía según la etapa de desarrollo (los valores de ponderación y su forma de cálculo pueden verse directamente en el informe del WEF).
Las economías se clasifican en 3 etapas de desarrollo y transiciones entre dichas etapas en base al ingreso per cápita y el grado de dependencia en la extracción de recursos. Las economías en la primera etapa tienen bajos ingresos y son impulsadas por los factores básicos. Las que están en la segunda etapa tienen ingresos medios y son impulsadas por la eficiencia y las que están en la tercera etapa tienen altos ingresos y son impulsadas por la innovación. De acuerdo con esta clasificación, Nicaragua está en la primera etapa de desarrollo.
Por lo tanto, para el cálculo del ICG en el caso de Nicaragua, tiene mayor peso el subíndice de requerimientos básicos. Esto no significa que los demás subíndices no tengan importancia o que deban dejarse de lado sino que en este momento la economía de Nicaragua es impulsada por sus factores básicos y que por tanto debe enfocar sus mayores esfuerzos en consolidar dichos requerimientos buscando avanzar tan pronto como sea posible hacia etapas posteriores de desarrollo.
En base a lo antes dicho, a continuación se hace una caracterización del desempeño de Nicaragua en los tres subíndices que conforman el ICG, según el ranking y el puntaje obtenido en el presente período 2016-2017. Dada la propuesta del COSEP, adquieren particular relevancia los aspectos abordados en la Agenda 2020 y que son propuestos como ejes estratégicos. Esta caracterización sirve para conocer la situación de estos factores en el contexto del ICG, antes de la implementación de la Agenda.
Requerimientos básicos
La valoración del ICG refleja que Nicaragua está haciendo un buen trabajo en cuanto al subíndice de requerimientos básicos en el cual alcanzó la posición 97 de 138 con una calificación de 4.2 de 7. Las mayores calificaciones de Nicaragua dentro de este subíndice corresponden a los pilares de ambiente macroeconómico y salud y educación primaria en los cuales obtuvo los lugares 56 y 87, respectivamente, con calificaciones de 4.9 y 5.5, superando en ambos al promedio de los países de Latinoamérica y El Caribe, aunque solo levemente en salud y educación primaria.
Por otro lado, la valoración del ICG también refleja que instituciones e infraestructura son los pilares donde Nicaragua tiene que enfocar sus esfuerzos sin abandonar los pilares de ambiente macroeconómico y salud y educación primaria. En el pilar de instituciones Nicaragua ocupó la posición 122 con calificación de 3.2 y en infraestructura ocupó la posición 104 igualmente con calificación de 3.2.
En cuanto a instituciones, según la valoración hecha, los mayores retos de Nicaragua están en el ámbito de las instituciones públicas, particularmente la independencia del poder judicial; la confianza pública en los políticos; la ausencia de sesgos en las decisiones de los oficiales de gobierno; la eficiencia del marco legal en atender quejas del sector privado sobre la legalidad de las acciones y/o regulaciones del gobierno; la carga regulatoria del gobierno; y la eficiencia del marco legal en resolver disputas. La Agenda 2020 identifica también necesidades en cuanto a fortalecer el marco legal para la asociación público-privada.
En cuanto a infraestructura, el ICG indica la necesidad de mejorías en su calidad en general y particularmente la portuaria, caminos y transporte aéreo, así como la calidad de la energía eléctrica y la provisión de líneas telefónicas fijas. La Agenda 2020 identifica también necesidades en cuanto al acceso a agua, internet y conectividad de los territorios claves para el desarrollo económico (el acceso a internet lo incluye el ICG en el subíndice de potenciadores de la eficiencia).
Factores potenciadores de la eficiencia
En cuanto al subíndice de potenciadores de la eficiencia, Nicaragua se ubica en la posición 126 con una calificación de 3.3 del ICG, destacándose la eficiencia del mercado de bienes (posición 122, puntaje 3.8) y la eficiencia del mercado laboral (posición 113, puntaje 3.8). A estos le siguen en un orden decreciente de desempeño el desarrollo de mercados financieros (posición 114, puntaje 3.3); educación superior y capacitación (posición 116, puntaje 3.1); tamaño del mercado (posición 106, puntaje 2.9); y preparación tecnológica (posición 116, puntaje 2.8).
Lo anterior significa que en un orden creciente de esfuerzos, Nicaragua debe trabajar en elevar el acceso y la adopción de tecnologías para el aumento de la productividad de sus industrias; la búsqueda de nuevos mercados con el paralelo mejoramiento de su posición en los actuales; el mejoramiento de la educación superior y la capacitación; el desarrollo de mercados financieros; y el aumento de la eficiencia de los mercados de fuerza laboral y bienes. En estos esfuerzos, además de la promoción comercial, juegan un papel importante el benchmarking para la adopción de buenas prácticas y la promoción de la inversión extranjera directa (IED), entre otras acciones.
Los indicadores que ameritan mayor atención son la absorción de tecnologías a nivel de firma; el número de suscripciones a banda ancha móvil y fija; el número de usuarios de internet; IED y transferencia de tecnologías; índices de tamaño de los mercados; calidad del sistema de educación; calidad de la educación en matemática y ciencias; acceso a internet en las escuelas; disponibilidad local de servicios especializados de capacitación; calidad de la administración escolar; disponibilidad de capital de riesgo; facilidad de acceso a préstamos; financiamiento a través de mercados de capital local, entre otros.
Factores de sofisticación e innovación
En este subíndice Nicaragua alcanzó la posición 135 de 138 economías con una calificación de 2.8 del ICG, es decir, está entre las últimas 4 economías. La innovación fue el pilar de más baja calificación con una puntuación de 2.4 alcanzando con ella la posición número 136. En cuanto a la sofisticación de los negocios, la puntuación es de 3.1 alcanzando la posición número 134.
Para mejorar la calificación en innovación, los valores del ICG indican la necesidad de aumentar el gasto de las empresas en investigación y desarrollo (I&D); elevar la calidad de las instituciones de investigación; y elevar la provisión del gobierno de productos de tecnología avanzada, entre otros. En cuanto a sofisticación de los negocios, hace falta mejorar la calificación en la sofisticación de los procesos de producción, la naturaleza de la ventaja competitiva (buscando alcanzar mayores niveles de productividad y valor agregado) y el alcance de las cadenas de valor, entre otros.
Es importante destacar que en la encuesta que el Foro realiza cada año para el cálculo del ICG, el sector privado identificó en 2016 los siguientes 7 factores más problemáticos para hacer negocio: (1) burocracia gubernamental ineficiente; (2) fuerza laboral inadecuadamente educada; (3) inadecuada provisión de infraestructura; (4) corrupción; (5) acceso a financiamiento; (6) regulaciones y tasas fiscales; (7) insuficiente capacidad para innovar.
Interdependencia de los pilares de la competitividad
Para lograr el avance de la economía a etapas superiores de desarrollo y prosperidad se hace necesario tomar en cuenta la interdependencia de los pilares de la competitividad. Por ejemplo, será difícil lograr una alta capacidad de innovación (pilar 12) si no hay una fuerza laboral saludable, bien educada y entrenada (pilares 4 y 5), capaz de absorber nuevas tecnologías (pilar 9) y sin el suficiente financiamiento (pilar 8) para actividades de I&D o un eficiente mercado de bienes que posibilite llevar las innovaciones al mercado (pilar 6).
Partiendo de lo básico en el caso de Nicaragua, para lograr un buen desempeño en factores potenciadores de la eficiencia es necesario mejorar las instituciones y la infraestructura, tomado en cuenta las necesidades y vacíos que ha identificado el sector privado. A la vez, se debe continuar trabajando en los pilares potenciadores de eficiencia y de sofisticación e innovación, haciendo una distribución racional de los recursos.
De modo que dentro del marco de planificación actual se debe pensar en una fórmula de distribución de esfuerzos y recursos y de diseño de políticas que dé respuestas a estas necesidades, conforme lo sugieren los resultados del ICG. Se puede pensar, por ejemplo, en distribuciones porcentuales de recursos y esfuerzos entre los 3 grupos de factores que sea consensuada con todos los sectores económicos de la nación y que constituya una línea de política acordada por todas las instituciones públicas y privadas. Y sobre todo es importante dar seguimiento y evaluar sistemáticamente los avances.